EL CEREBRO
La fantasía que se representa tan real en la televisión puede conllevar serios problemas. Estos programas no sólo consumen tiempo sino que ésta fantasía aleja a la persona de la realidad de construir su propia vida.
Si te pones cierta colonia que anuncian, eres guapo y enamoras; en realidad eres como eres: guapo, feo, flaco..., según los ojos que te miren.
Si un tenista anuncia una raqueta compramos aquel modelo porque pensamos que jugaremos mejor de lo que sabemos. Ilusos.
La mente tiene dos puertas cerradas con llaves, la llave de una puerta entra con facilidad, a la otra le cuesta. La mayoría de las personas abren la fácil. Ahí los tenemos, como si comieran cada día ajo. Apestan a lo mismo.
No hay límites para lo que puede almacenar el cerebro humano que durante años ha tenido en él toda clase de informaciones, lo mismo triviales que importantes, pero tenemos que controlar que la mayoría que entren sean importantes, de lo contrario cederán las costuras y nos encontraremos como una baraja de cartas. Siempre hay muchas más cartas sin valor.
No seamos niños de cinco años con sólo dos mil palabras, ni como los que tienen sordera progresiva que son los reyes de las coartadas: "Perdone, no he oído bien..., la música ha ahogado sus palabras...", "¿Perdón cómo decía? Estaba escuchando a la señora de la izquierda..." Y piensa al mismo tiempo: "De todos modos no valía la pena escuchar... charla tan insulsa, ¡que aburrida es la gente!".
En realidad, este es el camino que conduce a la paranoia. Lo lógico es que tendría que darse cuenta de que le cuesta oir. Póngase un sonotone.
Pongamos un antivirus (nuestro segundo yo) que controle y sólo deje pasar lo importante. ¡Claro! ¿Qué es lo importante para usted?
Si te pones cierta colonia que anuncian, eres guapo y enamoras; en realidad eres como eres: guapo, feo, flaco..., según los ojos que te miren.
Si un tenista anuncia una raqueta compramos aquel modelo porque pensamos que jugaremos mejor de lo que sabemos. Ilusos.
La mente tiene dos puertas cerradas con llaves, la llave de una puerta entra con facilidad, a la otra le cuesta. La mayoría de las personas abren la fácil. Ahí los tenemos, como si comieran cada día ajo. Apestan a lo mismo.
No hay límites para lo que puede almacenar el cerebro humano que durante años ha tenido en él toda clase de informaciones, lo mismo triviales que importantes, pero tenemos que controlar que la mayoría que entren sean importantes, de lo contrario cederán las costuras y nos encontraremos como una baraja de cartas. Siempre hay muchas más cartas sin valor.
No seamos niños de cinco años con sólo dos mil palabras, ni como los que tienen sordera progresiva que son los reyes de las coartadas: "Perdone, no he oído bien..., la música ha ahogado sus palabras...", "¿Perdón cómo decía? Estaba escuchando a la señora de la izquierda..." Y piensa al mismo tiempo: "De todos modos no valía la pena escuchar... charla tan insulsa, ¡que aburrida es la gente!".
En realidad, este es el camino que conduce a la paranoia. Lo lógico es que tendría que darse cuenta de que le cuesta oir. Póngase un sonotone.
Pongamos un antivirus (nuestro segundo yo) que controle y sólo deje pasar lo importante. ¡Claro! ¿Qué es lo importante para usted?
6 comentarios
CHIPI -
Wendeling -
Aunque al fin y al cabo, como bien dices ¿quien decide que es importante o no para cada uno?
Besos de una maia.
Rrose Sélavy -
Se imaginan...si todos hiciéramos como Groucho?
Muy bueno su relato Sr. Eme
lu -
besos eme
eme -
leumas -
El manifiesto de la telebasura, muy bueno. Muchos deberian leerlo. Mientras tanto, el hombre seguirá teniendo una mente fragil en la que puede entrar cualquier cosa, y las que menos interesan y las mas banales, son las que mas se atienden.
Los psicologos sociales hace mucho q estudiaron las diferentes tecnicas de persuasion en publicidad, tv y demas. Nosotros como borreguitos nos tragamos todo.
Peazo escrito me ha salio:)
un saludin
chau