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RELATOS FEBRILES

DE PASO

DE PASO Descubrí una vez que mis sueños se convierten en imágenes. En ese momento mi objetivo tomó apariencia de realidad. Lo fotografié en mi mente y lo archivé en mi memoria. Ahora paso a unirlas dándoles argumento.
En aquel hospital, tenían que cruzar el jardín para trasladar el muerto al depósito de cadáveres. La camilla donde yacía el difunto tropezó con el pequeño bordillo que rodeaba el estanque y el baño no deseado ni esperado no logró despertarlo. Las risas de los camilleros despertaron más y más risas imaginarias de personas que no estaban en el lugar.
Nunca pensé que un muerto pudiera ocasionar tantas risas fúnebres, alegres y divertidas.
Les grité: "secadme por favor, no vaya a ser que me resfríe".

2 comentarios

Pedepolvorón -

Interesante historia e interesante enlace, la risa es de verdad de lo mejor de la vida.

CHIPI -

Menudo relato. Podria ser el final de una fantastica peli. Saluditos.